miércoles, 21 de julio de 2010
Nacionalismo, la construcción de la patria, exposición
Guanajuato, Gto., a 20 de julio del 2010.- En el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Primer Centenario de la Revolución, acervos de algunos de los más importantes artistas plásticos del siglo XX, se exhiben en el estado de Guanajuato en una muestra conjunta denominada “Nacionalismo, la construcción de la patria”, cuyo propósito es destacar y promover el conocimiento y apropiación de los valores históricos, culturales y artísticos que conforman la identidad cultural mexicana.
El proyecto encabezado por la coordinación de Museos del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato integra el trabajo con diversas instituciones del país, entre las que destacan, la Secretaría de Cultura de Michoacán a través del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce (MACAZ), Museo Nacional de Arte (MUNAL), Fundación María y Pablo O’Higgins y museos de la capital cervantina como el Olga Costa-José Chávez Morado, Museo de Arte Popular y Museo Casa Diego Rivera.
Para garantizar el interés y la calidad de la muestra a través de cuatro discursos museísticos que abordan el tema de la identidad y el nacionalismo mexicano, el tema se asume desde diferentes perspectivas, donde además se pretende trascender la temporalidad de las colecciones, razón por la cual, previo al recorrido por los museos sede, se presentó el catálogo de toda la obra en el Museo Costa y Chávez Morado que acoge la exposición Alfredo Zalce, observador crítico de lo nacional mexicano; donde la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas (CENIDIAP) del INBA, Beatriz Zamorano Navarro; señaló que por lo general la obra del patzcuarense ha sido asociada al nacionalismo pictórico, creación que como teoría de Estado, respondió a la necesidad que tuvieron los países europeos hacia finales del siglo XVIII de identificarse como unión de colectividades, reconociéndose entre sí por comunes denominadores cuyas raíces estaban presentes en su historia.
En este tenor, la estudiosa reconoció que Zalce manifestó una tendencia a representar la identidad de las regiones, ajena a la que el Estado construyó en el modernismo, de ahí su correspondencia con un quehacer plástico vinculado al trabajo cotidiano y al paisajismo y al de las tareas de las clases trabajadoras, alejadas de la industrialización.
Por su parte, Leticia López Orozco, miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, recorrió a partir de la obra de Pablo O’Higgins, los postulados del muralismo posrevolucionario que enarbolaron un arte público, pedagógico, didáctico, de denuncia y comprometido con las causas sociales del pueblo.
O’ Higgins, dijo la investigadora de la UNAM, no creó arquetipos populares, sino que representó a sus sujetos dentro de una crónica social y los contenidos ideológico-políticos de la época: “el artista se ocupó del pueblo mexicano que construía un país moderno, que cimentaba la historia con su trabajo, sus luchas, sus carencias, sus sueños, sus contradicciones, sus rutinas, y no sólo representó a los héroes o líderes que la historia nacional forja, pues los mismo pintó a Hidalgo que al Pípila, que a Morelos y al Niño Artillero”, concluyó López Orozco.
Finalmente, el director de Operaciones del Museo del Pueblo, Luis Armando Haza Remus, habló del vasto mosaico de etnias y riqueza natural del país, la cual dijo; le ha brindado a la nación un lugar privilegiado en la biodiversidad, pero también de clara depredación humana, por lo que advirtió sobre las cada vez más constreñidas posibilidades de los artesanos de transformar la materia prima.
Tras la presentación del catálogo Nacionalismo, la construcción de la patria - coeditado por las instituciones participantes- el secretario de Cultura de Michoacán, Jaime Hernández Díaz, el director del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato, Juan Alcocer Flores y la viuda de O’Higgins, María de Jesús de la Fuente de O’Higgins; cortaron el listón inaugural y recorrieron la exposición con obra de Zalce, con 40 piezas que en diferentes técnicas muestran a un observador crítico, necesario junto a otros artistas del siglo XX para entender un amplio concepto de nación y democracia.
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